1
Sentadas a
la orilla de un sepulcro
dos niñas
muertas
daban de
mamar a Dios
2
La muerte es
una muñeca de trapo
que se
duerme en los brazos de Dios
Dios es un
oso de peluche
que envejece
en la cama de la muerte
Son
historias que el niño cuenta a su padre
antes de
apagar la luz
3
Mientras la loca peinaba a sus
muñecas
y las vestía de luto riguroso
el oso de peluche reventaba sus
espinillas
frente a un espejo roto
Todos irían al cumpleaños de la
niña muerta
Llevarían de regalo un pastel de
cenizas
4
¿Cuál de tus
muñecas sabe leer?
¿Le
comprarás El Principito
para que
alegre a las niñas muertas
que se
aburren en el más allá?
5
El ataúd está vacío
La niña peina a sus muñecas
en un patio de cenizas
¿Le dirán que ya es la hora?
¿Lo harán sus muñecas?
¿Habrá que contarle un cuento
para cerrar su ataúd?
6
El único que juega con la niña
muerta
es un muñeco clavado de alfileres
Los juguetes le tienen miedo
dicen que no es la misma desde
que volvió
7
Dios es un niño muerto
que abandonó sus juguetes
en el más allá
8
Enterraron a la niña con todas
sus muñecas
olvidaron al oso de peluche
estaba bajo la cama escribiendo
su epitafio
9
La risa de la niña muerta
se escucha en todo el cementerio
Los gusanos le contaron
que Dios jugaba a las muñecas
10
La niña ladra desde el más allá
y los gatos que llevan su ataúd
se desmayan en cámara lenta
11
En el sueño de la niña muerta
los juguetes masticaban tabaco
para no enloquecer
12
La niña
habla hasta por los codos
Nadie duerme
en el cementerio
hasta los
gusanos se mudaron de tumba
y las arañas
recogieron sus telas
y partieron
con rumbo desconocido
¿Venderán
lenguas de repuesto en el más allá?
se pregunta
la muñeca
pensando
seriamente en volver a casa
13
Dios es el asesino confeso del
oso de peluche
envenenó los chocolates
y luego lo arrojó en un nicho
vacío
mientras agonizaba
Los juguetes están de luto
era el único que hacía reír a la
niña muerta
14
Las arañas que habitan el
camposanto
odian a la niña muerta
dicen que no las deja dormir
que pasa toda la noche haciendo
bromas
y hablando cosas extrañas
A veces le da por cantar
y es tan desafinada que Dios nos
libre
Las únicas que la soportan son
las hormigas
Pero a ellas las tiene tan
aburridas
que el día menos pensado
descolgarán sus telas
y si te he visto no me acuerdo
15
El muñeco clavado de alfileres
tiene un gusto fatal
llegó al cumpleaños de la niña
muerta
con las cenizas de Dios
16
Cuando todos se han ido
la niña abre los regalos
y devora el último trozo de
pastel
Ignora que sus muñecas
permanecen bajo la cama
Cuando la niña se duerma
le morderán los pies
y le darán el susto de su muerte
17
¿Por
qué tus muñecas llevan camisa de fuerza?
Es por su propio bien, respondió
la niña
Así dejarán de clavarse alfileres
18
Abrir el
cinturón de castidad a tus muñecas
dejar que el
oso de peluche las acaricie
entregar tu
lecho de ceniza a los amantes
mientras tú
desapareces entre tumbas
que no
llevan epitafio y flores secas
que ya ni
los gusanos orinan
19
No dejes que
tus muñecas se corten las venas
El oso de
peluche sólo se ama a sí mismo
20
En su diario de muerte
la niña dejó escritas todas las
entrevistas
con el oso de peluche
De lo que hablaron nadie lo sabe
El diario fue enterrado por sus
muñecas
en un jardín de escombros
21
Los juguetes ofrecen recompensa
por el diario de la niña muerta
Dicen que en ese diario
está el apellido de Dios
22
Le prestarán el triciclo a Dios
para que deje de llorar
Sólo si regresa los juguetes
de los niños muertos
23
Las frases que cita la niña
muerta
son todas de su autoría
24
Lo primero llegando al cementerio
fue buscar la tumba de
Blancanieves
pero sólo halló una fosa
clandestina
donde habían enterrado a los
enanos
Esto escribía la niña en su
diario de muerte
cuando le avisaron que sus
muñecas
no vendrían a visitarla
25
¿Por quién guardan los juguetes
un minuto de silencio?
Por el oso de peluche encontrado
en una fosa
Epílogo
Nadie nos enseña a morir. Un día
nos apagan la luz y despertamos solos en un jardín de escombros, entre
gusanos que nos miran con desprecio y arañas que pasan todo el día de
mal humor. Despertamos con miedo en las axilas, oyendo pájaros que
desafinan bajo la lluvia y hormigas que se aferran a nuestros pies,
porque no tienen dónde ir. Despertamos para volver a morir,
escondiéndonos del viento
que regresa con las rodillas rotas, olvidando nuestros gestos frente a
un espejo sonámbulo, colgando de nuestra sombra para no caer a un pozo
ciego donde flota el cadáver de Dios. ¿Sabrán nuestros juguetes que la
infancia no tiene patria y el recuerdo es otro espectro en un desierto
sin sol?
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