El ejemplo más
claro de la antihistoricidad, en la obra que nos ocupa,
la encontramos en la siguiente cita:
"A pesar del
encierro de muchos años, el aire parecía más puro que en
el resto de la casa. Todo era tan reciente, que varias
semanas después, cuando Úrsula entró al cuarto con un
cubo de agua y una escoba para lavar los pisos, no tuvo
nada que hacer."
Como puede
observarse, es un tiempo sobrenatural, que no
transcurre, es siempre nuevo, puro e incorrupto.
¿Cómo se recupera
un instante mítico?: La reactualización se logra por
medio de la conmemoración de las fiestas religiosas y de
los ritos correspondientes.
La tradición
judeo-cristiana cuenta con infinidad de fiestas, sin
contar los días festivos dedicados al culto y alabanza
de la divinidad, no habría sino que enumerar el
nacimiento y muerte de Jesucristo. Al conmemorar alguno
de estos dos acontecimientos el cristiano se convierte
en su contemporáneo, y al restaurar el tiempo
primordial, el tiempo histórico queda aniquilado. Esto
es lo que comúnmente se conoce como tiempo circular o
mito del eterno retorno, tema que se desarrollará más
adelante.
En Cien años de
soledad, la
intemporalidad está dada en el viento que destruye a
Macondo, y la abolición de la historia con el olvido
de la familia Buendía:
"[...] La
ciudad... sería arrasada por el viento y desterrada de
la memoria de los hombres en el instante en que
Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos,
(porque)... todo lo escrito en ellos era
irrepetible desde siempre y para siempre".
Paralelo entre
mito e historia: El viaje que
hace José Arcadio Buendía, en busca de una ruta que lo
lleve a la civilización, es el primer ejemplo de la
diferenciación entre tiempo mítico e histórico:
"[...] Rodeado
de helechos y palmeras, blanco y polvoriento en la
silenciosa luz de
la mañana, estaba un enorme galeón español. Ligeramente
volteado a estribor, de su arboladura intacta colgaban
las piltrafas escuálidas del velamen, entre jarcias
adornadas de orquídeas".
El hallazgo del
galeón es una irrupción de la historia, del
"descubrimiento" de América y de su correspondiente
despojo. José Arcadio Buendía no cae en cuenta que el
galeón se encuentra en medio de la selva, a cuatro días
de marcha de la costa más cercana. Esto es explicable
porque, como ya se había analizado, dentro del mundo del
mito todo es posible. El "espacio de soledad y olvido"
es en realidad un testigo inmortal, tal vez el único, de
la llegada de los españoles a tierras americanas.
Tiempo
histórico: La llegada de don
Apolinar Moscote, primer corregidor de Macondo, será la
segunda irrupción de la historia. Con él, llega la
realidad imperante en el país; el gobierno conservador,
la violencia política, las órdenes arbitrarias.
Recuérdese que todos los males que sufre Macondo
provienen del exterior. Hasta la llegada de don
Apolinar, el gobierno había sido de corte patriarcal,
ejercido por José Arcadio Buendía, y aún mítico:
"Su primera
disposición (de don Apolinar Moscote) fue que todas las
casas se pintaran de azul para celebrar el aniversario
de la independencia nacional,"
En realidad no sólo
se está haciendo alusión a la lucha bipartidista, entre
conservadores y liberales, sino al dictador Rafael
Leónidas Trujillo, quien siendo el propietario de la
única fábrica de pinturas dominicana, ordenaba cada
cierto tiempo pintar todas las casas del país, orden que
no podía ser ignorada.
La masacre de
las bananeras: El paralelo
principal entre mito e historia se encuentra en el
relato de la masacre de las bananeras, relato que hace
parte de la técnica de hacer literatura dentro de la
literatura. Este fragmento puede leerse separadamente y
sin que pierda sentido. Podría muy bien ser un cuento.
El relato comienza con la descripción del tiempo
histórico: "La huelga grande estalló". La
utilización del pretérito perfecto simple no deja lugar
a dudas en cuanto a la veracidad del acontecimiento,
puede ubicarse en un año, un mes, un día y un momento
determinado. El acontecimiento histórico es irreversible
e inmodificable.
Para los pueblos
naturales el tiempo histórico se caracteriza por la
época de trabajo mientras que el tiempo mítico es el que
se consagra a las festividades:
"Los obreros
ociosos desbordaron los pueblos. La Calle de los Turcos
reverberó en un sábado de muchos días y, en el salón de
billares del Hotel de Jacob, hubo que establecer turnos
de veinticuatro horas".
En este caso la
fiesta ha sido impuesta por las circunstancias, no es
una fiesta sagrada sino pagana, el mismo juego lo
indica. Entre los huelguistas se encuentra José Arcadio
Segundo:
"Aunque no era
hombre de presagios, la noticia fue para él como un
anuncio de la muerte, que había esperado desde la mañana
distante en que el coronel Gerineldo Márquez le permitió
ver un fusilamiento".
Úrsula siempre
creyó que los gemelos, en uno de sus eternos juegos de
cambiarse de identidad, habían quedado trastocados para
siempre. La primera prueba de ello es la increíble
capacidad para la parranda que tiene Aureliano Segundo,
son las mismas ansias infinitas de vivir del abuelo José
Arcadio. La segunda es el 'presagio' de José
Arcadio Segundo, ya que la premonición es lo que
distingue a los Aurelianos.
Segunda descripción histórica:
"Eran tres
regimientos cuya marcha pautada por tambor de galeotes
hacía trepidar la tierra".
El espacio comienza
una vez más a ser profanado, violado, es una invasión
semejante a la de los españoles:
"Su resuello de
dragón multicéfalo impregnó de un vapor pestilente la
claridad del mediodía".
En las tradiciones
orales europeas el dragón representa la invasión
bárbara. Después de la derrota de Darío III, por parte
de Alejandro Magno, y la cual marca el fin de la
invasión persa, Darío III es representado como un
dragón.
En el mito
araucano, el diluvio es desencadenado por dos enormes
serpientes que luchan por el poder. Para los aztecas el
regreso de la serpiente emplumada, Quetzacoalt,
significaba el fin de una era y el derrumbe de la clase
guerrera.
El regimiento sufre
una metamorfosis, sus hombres son, en realidad, un
enorme animal mítico que lleva consigo todo el mal y
todo el sufrimiento posible, la historia comienza a ser
convertida en leyenda.
Con el anuncio del
Jefe Civil y Militar "dispuesto a interceder en
el conflicto", la historia se repite: en 1905, en
Iquique (Chile) se había producido la primera huelga de
mineros del país, el conflicto encontró como solución
una gran masacre por parte de las autoridades civiles y
militares, los pocos que lograron sobrevivir retornaron
a las minas completamente derrotados y a seguir
trabajando en la misma situación infrahumana que habían
denunciado, y que denunciarían posteriormente en
Macondo:
"José Arcadio
Segundo estaba entre la muchedumbre que se concentró en
la estación desde la semana del viernes. Había
participado en una reunión de los dirigentes sindicales
y había sido comisionado junto con el coronel Gavilán
para confundirse con la multitud y orientarla según las
circunstancias".
El coronel
Aureliano Buendía y José Arcadio Segundo se convierten
en una sola persona, ésto se constata al ser acompañado
por el coronel Gavilán. Los dos son 'escogidos" para
salvar a los trabajadores del banano ; como antes lo
habían sido para salvar al pueblo de las huestes
conservadoras el coronel Aureliano Buendía y Gerineldo
Márquez.
El indicio de la
próxima tragedia es el número tres, número cabalístico:
"Un poco antes
de las tres corrió el rumor de que el tren oficial no
llegaría hasta el día siguiente".
Esta tragedia sólo
será contada, y creída, por José Arcadio Segundo y un
niño que se salvó de morir pisoteado por la muchedumbre
o por una bala de ametralladora:
"Al lado de José
Arcadio Segundo estaba una mujer descalza... con
dos niños de unos cuatro y siete años... José Arcadio
Segundo se acaballó al niño (mayor) en la nuca. Muchos
años después, ese niño había de seguir contando, sin que
nadie se lo creyera, que había visto al teniente leyendo
con una bocina de gramófono el Decreto Número 4 del Jefe
Civil y Militar de la provincia".
Ellos dos serán los
únicos testigos de la masacre. El niño por su condición
de elegido, no morirá, tendrá que vivir para contar la
historia, evitando de esta forma que la huelga y la
masacre queden en el olvido.
"Al final de su
grito ocurrió algo que no le produjo espanto, sino una
especie de alucinación. El capitán dio la orden de fuego
y catorce nidos de ametralladoras le respondieron en el
acto. Pero todo parecía una farsa. Era como si las
ametralladoras hubieran estado cargadas con engañifas de
pirotecnia..."
'Alucinación,
farsa y pirotecnia' son palabras irreales,
fantásticas, que contrastan con la verdadera tragedia: "Aquello
parecía... una feria jubilosa". Y como toda feria,
ésta se caracteriza por el exceso, en este caso no es de
comida o de orgía, sino de fuego, identificado por
la población con juegos pirotécnicos.
Por otra parte, la
fiesta rompe con las prohibiciones que caracterizan al
tiempo profano (dichas prohibiciones tienen como fin
primordial proteger al mundo, y conservarlo en orden y
armonía), y al ser levantadas las prohibiciones todo
exceso es permitido; recuérdese las fiestas consagradas
al dios Dyonisios en Grecia o las de San Juan en el
Perú. Según Roger Caillois, el exceso, como la fiesta,
contribuye a la renovación de la naturaleza, del mundo,
y del tiempo, este último susceptible también de
desgaste.
La masacre, en Cien
años de soledad, al ser transformada en fiesta, pierde
su carácter dramático y real, es por ello que ningún
habitante reconocerá luego su existencia.
El "grito de
muerte" sumerge por un instante a la gente en el
tiempo lineal, pero inmediatamente el tiempo mítico se
impone:
"Una fuerza
sísmica, un aliento volcánico, un rugido de cataclismo,
estallaron en el centro de la muchedumbre...".
Cuando se analizaba
el espacio, se veía cómo el retorno al caos siempre
ocurre mediante una catástrofe cósmica; al igual que el
viento que arrasa a Macondo, ésta es una visión
apocalíptica.
La segunda visión
apocalíptica es observada por el niño: "La posición
privilegiada del niño le permitió ver en ese momento que
la masa desbocada empezaba a llegar a la esquina y la
fila de ametralladoras abrió fuego".
El dragón
multicéfalo ha logrado apoderarse de la multitud:
"Los
sobrevivientes, en vez de tirarse al suelo, trataron de
volver a la plazoleta, y el pánico dio entonces un
coletazo de dragón... Estaban acorralados, girando en un
torbellino gigantesco...".
Con esta visión el
apocalipsis llega a su fin.
José Arcadio
Segundo logra escapar con vida. Despierta en un tren
amarillo cargado con "cadáveres... quienes los habían
puesto en el vagón tuvieron tiempo de arrumarlos en el
orden y sentido en que se transportaban los racimos de
banano".
El banano, al ser
desacralizado, se convierte en cómplice obligado de la
masacre, pero el castigo divino no tarda en presentarse:
"...los relámpagos que estallaban... Después de
medianoche se precipitó un aguacero torrencial".
Esto marca el inicio del diluvio macondino.
Al llegar a Macondo
José Arcadio Segundo se encuentra con una mujer que le
niega la existencia de dicha masacre:
"Aquí no ha
habido muertos", dijo. "Desde los tiempos de su
tío, el coronel, no ha pasado nada en Macondo".
La mujer es la
vocera de la versión oficial, contrasta con la negación
que se hará al final de la obra sobre la existencia del
coronel y de las treinta y dos guerras civiles, lo que
indicará que la historia ha sido completamente abolida.
Leyenda: El
mito es el relato de un modelo ejemplar revelado por los
dioses o por los ancestros míticos en el tiempo
primordial y la historia en el tiempo profano, el tiempo
de las desgracias, de los sufrimientos, del trabajo. La
leyenda es el relato de un acontecimiento histórico, en
el que participan personajes históricos y a veces
contemporáneos, que son elevados a la categoría de
héroes por las hazañas realizadas. Cuando esa historia
comienza a ser manejada por el pueblo poco a poco se
transforma en literatura oral y los acontecimientos
reales pasan a tener características maravillosas y por
lo tanto irreales (San Jorge matando al dragón, o un
solo hombre venciendo a todo un ejército):
"...el gobierno
conservador,... con el apoyo de los liberales, estaba
reformando el calendario para que cada presidente
estuviera cien años en el poder.
Cuando la historia
no es abolida se convierte en leyenda o ficción.
El tiempo
tratado como personaje: Uno
de los elementos más importantes en el tratamiento del
tiempo es el de convertirlo en un personaje más de
Cien años de Soledad. A todo lo largo de la obra, el
lector es partícipe de un desgaste progresivo e
irreversible del tiempo. Este se humaniza: "(el coronel)
estaba... asombrado de la forma en que había
envejecido el pueblo en un año... -¿Qué esperabas?
-suspiró Úrsula-. El tiempo pasa. -Así es -admitió
Aureliano-, pero no tanto." Le pasan los años,
envejece, llega a la senilidad: "No era solamente que
estuviera vieja y agotada, sino que la casa se precipitó
de la noche a la mañana en una crisis de senilidad."
Finalmente,
encuentra la muerte en la destrucción total de Macondo:
"Era lo único
que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se
consumaba, porque seguía aniquilándose indefinidamente,
consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada
minuto pero sin acabar de acabarse jamás."
Tiempo
psicológico: Otra de las
características especiales del tiempo es el tratamiento
que le dan los personajes, para quienes la vida entera
puede transcurrir en un segundo:
"Muchos años
después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel
Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota
en que su padre lo llevó a conocer el hielo."
E incluso puede
recordarse la vida de los antepasados:
"En el cuartito
apartado, adonde nunca llegó el viento árido, ni el
polvo ni el calor, ambos recordaban la visión atávica de
un anciano con sombrero de alas de cuervo que hablaba al
mundo a espaldas de la ventana, muchos años antes de que
ellos nacieran."
Esta utilización
del tiempo es un recurso eminentemente cinematográfico,
la vida entera, o una fracción de la misma, pasa delante
de los Buendía como si estuvieran viendo una película en
la que participaran, a la vez, como protagonistas y
espectadores. Pareciera que el tiempo formara parte de
la memoria colectiva, o como si la memoria pudiera ser
transmitida de generación en generación.
Tiempo circular
o eterno retorno: El mito del
eterno retorno es antihistórico, no fluye, es
recuperable y repetible. Es un tiempo primordial hecho
presente, es un eterno comenzar. Todo fin es a la vez un
comienzo, la muerte engendra un nuevo nacimiento (para
entender mejor este concepto no habría sino que pensar
en el ciclo de las estaciones, el invierno es la muerte
de la naturaleza y la primavera su resurrección). Es el
tiempo de los ancestros míticos, su recuperación y
repetición se logra por medio del rito. En la tradición
judeo-cristiana se revive el nacimiento y la muerte de
Cristo cada año, de esta forma el creyente puede ser su
contemporáneo. Si todo fin es en realidad un nuevo
comienzo, un nuevo renacer, ésto significa que todo
acontecimiento es susceptible de ser eternamente
repetido.
En Macondo, dadas
sus características míticas, el tiempo circular no podía
faltar, es más, los actos realizados por uno de los
miembros de la familia son repetidos luego por sus
descendientes: "José Arcadio Segundo... se empeñó en
despejar el cauce para establecer un servicio de
navegación. Fue un sueño delirante, comparable apenas a
los de su bisabuelo... "Ya ésto me lo sé de memoria",
gritaba Úrsula. "Es como si el tiempo diera vueltas en
redondo y hubiéramos vuelto al principio".
Otra de las
características de los Buendía es "el vicio de hacer
para deshacer" perpetuando así el mito de Penélope:
"Viéndolo montar picaportes y desconectar relojes,
Fernanda se preguntó si no estaría incurriendo también
en el vicio de hacer para deshacer, como el coronel
Aureliano Buendía con los pescaditos de oro, Amaranta
con los botones y la mortaja, José Arcadio Segundo con
los pergaminos y Úrsula con los recuerdos".
Todos los
acontecimientos se repiten una y otra vez: "Qué
quería -murmuró-, el tiempo pasa. -Así es -dijo Úrsula-,
pero no tanto. Al decirlo tuvo conciencia de estar dando
la misma réplica que recibió el coronel Aureliano
Buendía en su celda de sentenciado, y una vez más se
estremeció con la comprobación de que el tiempo no
pasaba, como ella lo acababa de admitir, sino que daba
vueltas en redondo".
Pero la definición
más clara la da Pilar Ternera: "No había ningún
misterio en el corazón de un Buendía, que fuera
impenetrable para ella, porque un siglo de naipes y de
experiencias le había enseñado que la historia de la
familia era un engranaje de repeticiones irreparables,
una rueda giratoria que hubiera seguido dando vueltas,
hasta la eternidad, de no haber sido por el desgaste
progresivo e irremediable del eje".
El año nuevo,
símbolo del tiempo circular:
Para terminar habría que señalar que para los griegos el
dios del tiempo, Cronos, aún pervive en la lengua, es
decir en el griego moderno. Jronia significa tiempo
nuevo, año nuevo.
El año nuevo, y la
fiesta que lo precede, representa una nueva vida, un
nuevo mundo, es la abolición del tiempo pasado y
la recreación de uno nuevo, cuyo modelo es el tiempo
mítico. El ciclo solar y el lunar son el ejemplo más
claro del mito del eterno retorno.
El brujo, el
nagual, el medicine-man, el poeta, el sacerdote y el
místico son conocidos en las sociedades naturales con el
nombre de chamán. Esta palabra proviene del tungús Shaman, y
designa a todo aquel que tiene una visión sobrenatural,
que puede visualizar tanto un espacio lejano como los
acontecimientos pasados o futuros.
El chamanismo es
una experiencia mágico-religiosa. El chaman está
revestido de un gran poder, a menudo más fuerte que el
del jefe de la comunidad. Su palabra es indiscutible, y
nada se hace sin su consentimiento. En los movimientos
milinaristas lo vemos a menudo conduciendo a su pueblo
hacia una muerte segura sin que nadie le objete su
decisión. Es el encargado de buscar y de sacralizar el
espacio. Todo chamán tiene como característica especial
el haber sido "escogido".
La elección del
chamán puede darse de maneras muy diversas, pero aquí
sólo se analizarán las que conciernen a Cien Años de
Soledad:
1. La elección se
hace a menudo mediante un trance extático o por
medio de un sueño, este último es el caso de José
Arcadio Buendía. Recuérdese que Macondo le es revelado
en sueños: "...soñó esa noche que en aquel lugar se
levantaba una ciudad ruidosa con casas de paredes de
espejo. Preguntó qué ciudad era aquella, y le
contestaron con un nombre que nunca había oído, que no
tenía significado alguno, pero que tuvo en el sueño una
resonancia sobrenatural: Macondo".
2. El chamán
sufre alguna enfermedad de tipo nervioso: José
Arcadio Buendía se caracteriza por sus obsesiones y
luego es declarado loco por la comunidad.
3. La
elección puede ser transmitida de padres a hijos :
Todos los miembros de la familia Buendía poseen alguna
característica chamánica:
- Úrsula es la
esposa celeste: En los mitos generalmente hay una esposa
celeste encargada de ayudar al compañero en su
instrucción chamánica y en su experiencia extática. Esta
ayuda puede convertirse en un impedimento por el deseo
de la mujer de conservarlo atado a la realidad. Y Úrsula
es una mujer firmemente atada a ella. Es necesario su
ausencia para que José Arcadio Buendía pueda convertirse
en chamán. Una vez que él logra dejar atrás su
existencia profana, ella decide ayudarlo, deja de ser un
obstáculo para convertirse en la esposa celeste o
protectora del chamán: "Ella lo bañaba por partes
sentado en el banquito, mientras le daba noticias de la
familia''.
- Aureliano Buendia
tiene el don de la premonición.
- José Arcadio
posee una fuerza física mucho mayor que la de cualquier
habitante de Macondo.
- A Amaranta le
ordenan tejer su mortaja y se le anuncia que el día que
la termine será el día de su muerte.
- Remedios la Bella
asciende a los cielos una tarde en que doblaba las
sábanas de Fernanda del Carpio.
- José Arcadio
Segundo es el único testigo de la masacre de las
bananeras.
- Aureliano
Babilonia logra descifrar los pergaminos.
4. La elección
puede también ser ocasionada por un accidente insólito:
La visión de la caída de un rayo o la aparición de un
espíritu. En el caso de José Arcadio Buendía, puede
considerarse como accidente el estado de delirio en el
que cae durante la segunda ausencia de Úrsula.
Características
del chamán:
1.
Por su condición de
elegido tiene acceso a una zona del espacio y del tiempo
sagrado, comúnmente vetada a los demás miembros de la
comunidad: Los Buendía son iniciados en el arte de la
orfebrería, de la daguerrotipia y en la lectura de los
manuscritos en el cuarto de Melquíades "donde el aire
parecía más puro que en el resto de la casa".
2.
Es el único que conoce
la mitología y la genealogía del clan: Aureliano
Babilonia logra descifrar los pergaminos donde estaban
consignados los cien años de historia de la familia:
"[...] la ciudad de los espejos (o los
espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada
de la memoria de los hombres en el instante en que
Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos''.
3.
Siempre busca la
soledad: con excepción de José Arcadio, Arcadio y
Aureliano Segundo, todos los miembros de la familia se
caracterizan por ser solitarios y taciturnos. La mayor
parte de la vida la pasan en el cuarto de Melquíades.
4.
El chamán no sólo es un
soñador sino que siempre está buscando algo imposible:
José Arcadio Buendía busca el daguerrotipo de Dios, y
cuando conoce el hielo comienza a soñar con un Macondo
refrigerado. José Arcadio Segundo, por su parte, "...se
empeñó en despejar el cauce (del río) para
establecer un servicio de navegación... (cuyo)
lecho pedregoso y los numerosos tropiezos de la
corriente impedían el tránsito desde Macondo hasta el
mar".
5.
Posee una fuerza
descomunal: Para poder atar a José Arcadio Buendía al
castaño se necesitaron 20 hombres.
6.
Tiene una
perfecta salud mental: Mientras que todo el mundo lo
considera "loco", José Arcadio Buendía discurre sobre la
existencia de Dios con el padre Nicanor, quien termina
por reconocer su gran lucidez mental.
7.
Se comunica con los
muertos o con los espíritus, quienes lo ayudan a entrar
en el Hades y le enseñan a convertirse en espíritu ; Es
Prudencio Aguilar quien conduce al patriarca al mundo de
los muertos.
8.
Conoce el lenguaje de
los animales: José Arcadio Buendía puebla a Macondo de
pájaros "el concierto de tantos pájaros distintos
llegó a ser tan aturdidor, que Úrsula se tapó los oídos
con cera de abejas para no perder el sentido de la
realidad''. Amaranta Úrsula intentará hacer lo
mismo, pero fracasará, porque para ese entonces Macondo
será un lugar desacralizado por el hombre.
9.
Conocimiento de
un lenguaje secreto, comúnmente transmitido por un
maestro o por un espíritu: José Arcadio Buendía, en su
experiencia extática, habla en un lenguaje desconocido
para los profanos, pero no para el padre Nicanor. Los
dos comparten una lengua común a los elegidos, en
este caso el latín. Y Aureliano Babilonia logra
descifrar el sánscrito de los pergaminos de Melquíades.
10.
El chamán puede producir frío o calor:
José Arcadio Buendía sueña con un Macondo refrigerado.
11.
Para ser chamán, es necesario ser
reconocido como tal por toda la comunidad: "He venido
al sepelio del rey". En muchos pueblos naturales el
jefe y el chamán son la misma persona.
El pilar del
mundo y el chamán: Como ya se
había analizado el Axis-Mundi, o Pilar, es un eje
cósmico y a su alrededor se extiende el mundo, y como
todo eje el Axis-Mundi se encuentra en el centro de la
tierra. Permite la comunicación entre los tres niveles
cósmicos: cielo-tierra-infierno. Puede ser representado
por una montaña, una escalinata, una cúpula o un árbol.
Para los araucanos, el árbol no es sólo el Axis-Mundi
sino que por medio de él se logra la ascensión al cielo
mediante una experiencia extática. José Arcadio Buendía,
al ser amarrado al castaño, logra la ascensión celeste y
por lo tanto su consagración como chamán.
Para terminar
habría que recordar a Mircea Eliade cuando explica que
el éxtasis no puede, de ninguna forma, ser considerado
como locura. El trance le permite al chamán observar
zonas que comúnmente son vedadas a la comunidad o al
hombre profano y dicha experiencia lo consagra como tal.
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