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								EL OLOR 
								DEL CAFÉ  
								  
								El olor 
								del café viene de abajo, de ahí donde un perro 
								 
								ladra a 
								la oscuridad, no hay nadie ahí, 
								eso 
								quiero creer pero no importa, 
								el 
								viento se ha aquietado, las aves 
								no han 
								vuelto con la tarde, 
								el 
								silencio ha crecido en las paredes 
								como un 
								mapa del cielo, todo acaba y empieza, 
								no 
								obstante, la tristeza es la misma, 
								por 
								ello, confundido, me asomo al mundo, 
								es 
								nuevo, y sin embargo nada 
								me 
								parece distinto o más hermoso. 
								Me 
								siento en el balcón y observo la ciudad, 
								
								oscurece, el frío suelta sus trineos, 
								la 
								oscuridad se mueve, dentro de mí la siento, 
								de 
								pronto avanza en mí como otra sangre. 
								Nada 
								parece estar con vida. Los edificios 
								
								parecieran vacíos. Las calles, 
								como 
								ríos que se volvieron látigos 
								debido a 
								la sequía, se estrellan en la espalda del 
								viento. 
								De lo 
								que debía venir nada viene, salvo el aroma 
								del café 
								que me hace pensar en la otra casa, 
								en el 
								olor de la vainilla, en el lujo 
								de unos 
								zapatos nuevos, en las voces alegres de los tíos 
								y el 
								calor de la madre y al beso de la madre 
								y el 
								padre de mi madre, y el dolor que crecía 
								entre 
								todos nosotros como una gran penumbra 
								y a toda 
								la claridad de esa penumbra, a todo eso 
								vuelvo a 
								través de esta inútil memoria, 
								cuando 
								veo sin quererlo hacia atrás, hacia el centro 
								de ese 
								paisaje de árboles raquíticos 
								donde no 
								queda bosque, ahí donde las épocas del mundo 
								se 
								volvieron memoria de la dicha 
								para 
								dejarnos solos. 
								  
								
								(De 
								
								El estanque colmado, 
								2010) |