POR QUÉ EL POETA LLEVA A SU MUJER AL MAC DONALD
Tú cruzas las piernas
Mientras las olas se postran a tus pies
como un rebaño rabioso de camellos
Tú comes por primera vez en tu vida una
hamburguesa americana
Al mismo tiempo que acaricias el cuello carnoso
de tu esposa
Disertando sobre la lavadora “Nifari”
La camisa agujereada de “Othomane”
Y la mosca rubia americana que tú acabas, sin
darte cuenta, de tragarte.
Pero tu esposa te habla de tu coche tan feo como
un perro rabioso
que debes cambiar por un asno respetable
si no quieres que tu mujer te cambie a ti y a
tus teorías críticas
por no importa qué mueble que serviría para
decorar el dormitorio.
Tu esposa se parte de risa llorando con todas
sus fuerzas
Abriendo a la lengua del viento las plumas de
sus piernas
Tú querrías atraparla entre los dientes y
romperla como una nuez podrida
Encerrarla en la caja de cerillas vacía
depositada en la mesa
Pero tú eres un hombre de principios, convencido
de estar casado después de una love store
Con una trucha que tiene rasgos de “Manfabuti” y
las patas de “Nazic” y a causa de todo esto
Tú te suicidas cotidianamente tragando 100
poemas clásicos
Tú no bromeas con los cerdos pero los cerdos
tampoco tienen tiempo que perder para bromear
contigo.
Así desde que tú posas tus labios sobre los de
la ballena sentada delante tuya
Tú te das cuenta que la tierra se puede ahogar
en medio vaso de agua helada
Y que tú eres un poeta en el colmo de tu
felicidad
La muchacha delgada cuya cabeza es tan pequeña
como una bola de tenis
Está leyendo la revista “Mujer hoy” mirando
A las parejas en la celda Mac Donald
Que se ensanchan de felicidad poniendo sus manos
Sobre los últimos de sus niños rubios que
gritan: papá, papá, mira
Ese hombre se orina sobre nuestro coche.
Mac Donald retrocede rascándose el rabo
Y el poema, el poema es una red de pesca con
mallas gigantes
Para atrapar el mayor número posible de osos
Yo no me fiaría de la esposa del poeta que tiene
rasgos de “Manfabuti”
Ni de la joven delgada leyendo “Mujer hoy”
Y que miraba su reloj dejando al lado su vaso
todavía
Lleno de Coca-Cola.
|