NOTICIA DEL HAMBRE
Me habita el hambre. Y todos me lo dicen.
No es el miedo ni la duda
apenas un ritmo intacto que no toca con su sal la orilla.
Es el hambre, quizá un leve testamento
o esta insistencia en destruir la casa
y renovar la piedra en sueño.
Es poco lo que recuerdo de mí a esta hora, el disperso,
el que a la intemperie es un poco de hierba,
una palabra sin traje con olor a otras tierras
y que mira con cara de extranjero todas las prestadas alegrías.
Llega el hambre con su mismo azar y su idéntico augurio.
La lluvia está debajo de la carne
y pocas cosas recuerdan al viejo amor
que ya no cuenta.
Es el hambre. Y todos me lo dicen.
No es el leve testamento ni la tristeza de las noches.
No es la poesía
ni la música que traduce el tiempo.
Un poco de hambre
y el cansancio de llenar la estantería de ausencias.
(de Hospedaje de paso, 2003)
HOSPEDAJE DE PASO
Nunca he conocido a los inquilinos de mi vida.
No he sabido cuándo salen, cuándo entran,
en qué estación desconocida descansan sus miserias.
Las mujeres han salido de este cuerpo a los portazos
quejándose de mi tristeza,
en algunas temporadas se han quejado de humedad
de mucho frío, de algún extraño moho en la alacena.
Se marchan siempre sin pagar los inquilinos de mi vida
y el patio queda nuevamente solo
Mi corazón deja de ser una posada de hambrientos
que acoge a todos los pájaros que llegan del verano
y aguardan a que regreses por tus cosas
a este hotel de paso donde siempre es de noche.
(de Hospedaje de paso, 2003)
CANTO MINERAL
¿Y si
el alma es de piedra por qué ese mineral sueña con tu cuerpo?
¿Y si
el alma es de piedra por qué el dolor
toma
la forma de un lejano volcán
y
salta al vacío desde su desprendimiento?
No
dejes la piedra a merced de la noche
ni
esperes la llegada del canto a la soledad,
vendrán los pulsos tardíos a callar la palabra
y
algunos muertos se acomodarán en el fuego de esa espera.
Nunca
el silencio
la
música siempre
las
palabras llegan todos los días a la sed
con
sus lecciones de llanto.
Hemos
equivocado el mundo y como una secreta impunidad
no
traducimos al mineral
la
lengua del error y los colores de la ruina.
Espera
a la piedra
la que
te esperó aquí mismo hasta hacerse piedra
la
misma que se acuña y se hace esbelta.
Nunca
el silencio
la
música siempre
el día
trae el final
y la
voz que huye.
La
piedra se desprende día a día
de la
vida.
(de
Hospedaje de paso, 2003)
PLEGARIA
Señor de los adioses
concédenos un poco de tu gozo,
inaugura la mañana en la herida
de los pájaros.
Dime de cuál secreto mar
provienen estas lágrimas
y por qué el corazón no
encuentra nunca su camino de regreso.
Señor.
Qué fue de los amigos
de los que no volvieron a mi
casa
y no excusaron mis diarios
temores,
hacia cuál color trastearon
ellos sus festejos.
No tengo sed, Señor
pero todo signo tuyo hace de mi
vida
una permanencia en la sequía.
Seguro existirá un cielo que no
veré
un cielo con su única estrella.
Será otro cielo el que toquen
mis manos
otro oficio el del viento al
inventar la primavera
Se nos rompe la vida y se nos
rompe la muerte
y será un cielo repetido el que
vean ese día mis ojos.
Señor
¿De dónde proviene esta ronca
voz
que trae rumores de otras
vejeces?
¿De quién es esta voz que golpea
la casa y la rostro?
¿A quién preguntar si mis
afectos no conocen ese júbilo?
Señor
por qué el amor y el tedio
están hechos a la medida exacta
de mis azares y tristezas.
Estamos más solos que la ruina.
Ayúdame a reconocer mis gestos
en los cuerpos que un día fui
hace muchos siglos
todos los días
lleno de imprevistos y lejanías.
(de
Álbum de los adioses, 2006)
RETORNOS
No creo en retornos
Pero este amargo corazón de casas viejas y calles rotas
Late en cada regreso
Sin gestos ni ademanes
Y sabe que el mundo es un mal lugar para llegar
Y se regresa a escribir un poema que trate de una muchacha en un aeropuerto
Que espera un avión de quién sabe dónde
O escribir sobre la carta que nunca recibí aquel sábado
escuchando el viejo casette con mis nostalgias favoritas
O sobre los versos robados a Salinas, Borges, Walcott
Y las tardes de sol en el estadio de fútbol
No creo en los regresos
Pero este seco corazón de otros días canta a destiempo
Sobre el cielo que quema el nombre que una mujer que amé
Escribir un poema que trate del tiempo o de tu cuerpo
O Sobre el poema de otro poeta
No creo en retornos
Pero mi vocación de viajero hace que parta hacia la intemperie en el mundo
Dejando, como en mis días de boy scout, piedritas y migas de pan
Para no perder el camino de regreso a tu cuerpo.
(de Las prisas del instante,
inédito)
|