REVISTA TRIPLOV
de Artes, Religiões e Ciências


nova série | número 31 | setembro | 2012

 
 

 

 

 

ROLANDO REVAGLIATTI

Microficciones Rioplatenses

                                                                  
 

EDITOR | TRIPLOV

 
ISSN 2182-147X  
Contacto: revista@triplov.com  
Dir. Maria Estela Guedes  
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Confieso 

 

En marzo evalué el veraneo de febrero. En junio, en el mismo junio, el crimen. En septiembre me torné sombrío. Y en pleno diciembre treinta y uno, intento recapacitar. En abril le di forma al plan que ejecuté en junio. En septiembre encontraron el cadáver. Que no me agredas, me desconcierta: ella no te era indiferente. Además, te amaba. No toleré que no se quedase conmigo quedándose a mi lado. Se reía. Todos sabían en el barrio. De mí, de mi inocuidad. Habrá un feliz año nuevo. Porque confieso: la estrangulé. Le pegué después de muerta, lo hice. La desnudé y le pegué. Se termina, viejo. Hoy, por fin, me siento equidistante, sincero.

 

 

Señorita 

 

Sí que tuvo novios la señorita Calistri: cuantiosas simpatías. Pero, a menudo, cuando le atraía el fondo humanitario del candidato, no se sentía conmovida por lo físico o lo facial. Y, si llegado el caso, el pretendiente respondía a mis cánones de presencia varonil, aparecíanle desdibujadas las facetas espirituales. Enamoradísima de Juan Mateo Ovalle, resistía sus ímpetus pasionales, el vigor de sus instintos. La señorita Calistri valoriza sin énfasis: Nadie obtuvo lo que tantos ansiaban. Ella es hoy la fraseología con la que rememora: Yo no carecía de una límpida mirada; Mis atributos no pasaban inadvertidos; Papá vaticinó mi futuro; Me consagré a mis arraigadas convicciones; Destilé coraje en los tiempos duros, en la tiranía; Nunca estimé en Nené sus propensiones afectivas; Es que todo ha sido tan fugaz...

Algún día, próxima a expirar, quizá consigne: En aquella desfloración infausta de mil novecientos cincuenta y uno, otoño, creí morir: repugnante, bajo, indigno: única vez, última vez.

 

 

Me cuenta mi señora 

 

A mediodía los obreros y los jubilados arrasaban con el menú fijo en el ya derruido barsucho donde él hacía de mozo. Yo iba con frecuencia por mi trabajo, para rellenar planillas, y leer el diario. Ahora es el repartidor de una tintorería. Ayer, casi de noche, fue a mi departamento en misión repartidora. A mi regreso, hoy, después de una gira que me mantuvo alejado por esos caminos polvorientos, me cuenta mi señora, esa falsa e indómita pelirroja suculenta y estéril, que me extrañaba terriblemente, y que el jovencito irrumpió en su anhelo de mí con nuestra colcha lila, y que lo condujo al dormitorio para constatar sobre nuestra cama con baldaquín la correcta limpieza de la colcha, y que una vez situado el pichón de playboy, y asaltado, se entregó a la bacanal que desde mi señora, mi esposa, me estuviera —irremediable, inconteniblemente— dedicada. Se portó bien, muy bien, aseguró; fantasioso e incansable; remató, relajada: excelente.

Sé absorber los más impresionantes uppercuts del destino. Pocos, sí, pocos como yo. Este servidor. Estoy hecho de una extraña pasta.

 

 

Derroteros 

 

La fresca y pimpante criatura uniose en matrimonio a Feliciatti tres largos años antes de prendarse de Valentina. Con él tuvo gemelos robustos. Dejose destinar para Feliciatti por su padre, a quien también su esposa había sido destinada por el suegro. De blanco frente al altar, con todos los permisos y plácemes familiares recibidos, sociales y religiosos otorgados, regodeose por vez primera imaginándose a solas con Feliciatti. Feliciatti, de exactamente el doble de su edad.

Espléndida ella por simple existencia, sin artificios, casi sin poses. Feliciatti, barnizado comerciante en comestibles, en cambio, ampuloso y plagado de latiguillos. Amante ponderable después de todo, lograba estremecerla. Los gemelos, como dije, robustos, nacieron sin dificultad.

El flechazo entre Valentina y la fresca y pimpante criatura prodújose en la fiesta donde descubrieron que la progenitora de Valentina, en su condición de obstétrica, había asistido a la progenitora de la progenitora de los gemelos en el parto en el que vio la luz.

Cuando la obstétrica enviudó, Feliciatti, por despecho, enterado de la incidencia de Valentina en su cónyuge, decide seducir a la obstétrica. Empieza la noche misma del velatorio del marido, y redondea la entusiasmante tarea, semanas después. Valentina y la destinada a Feliciatti festejaron el salpimentado romance.

Cristalizadas perduran más o menos así las cosas. Socios y barnizados comerciantes, habiendo adoptado con naturalidad los latiguillos alocutivos de su padre, los gemelos, hombres de bien, se mantienen indeclinablemente robustos y ampulosos.

 

 

Novios 

 

Temblequean las sillas, roñosísimos y quemados los mantelitos, las paredes, rugosas y coherentemente húmedas, así como el techo, con ondas. El olor ambiente casi se oye. Sobre el mostrador campean sándwiches de pan francés envueltos en un plástico transparente, aunque no lo bastante, y en otro envoltorio de idéntico material e inconfundible aspecto, se exhiben facturas apelmazadas. En la mesita aquella, fumando, mientras aguarda el comienzo del show, mi novio lee el capítulo onceavo de “Las Alas de la Paloma”. Soy una de las potras en bikini maquillándose en un cuartucho con insignificantes pretensiones de camarín.

 

 

Revista InComunidade (Porto)

 

 

 

 

Rolando Revagliatti nació en 1945 en Buenos Aires (la Argentina), ciudad en la que reside. Su quehacer en narrativa y en poesía ha sido traducido y difundido a los idiomas francés, vascuence, italiano, asturiano, alemán, catalán, inglés, esperanto, portugués, maltés, rumano, búlgaro y neerlandés. Uno de sus poemarios, “Ardua”, ha sido editado bilingüe castellano-neerlandés, en quinta edición y con traducción del poeta belga Fa Claes, en Apeldoorn, Holanda, 2006, a través del sello Stanza. Ha sido incluído en más de cincuenta antologías y libros colectivos, la mayoría de ellos de poesía, en la Argentina, Brasil, México-Chile, Panamá, Estados Unidos de América, Venezuela, España, Alemania-Perú, Austria, Italia y la India. Obtuvo premios y menciones en certámenes de poesía de su país y del extranjero. Fue el editor de las colecciones “Olivari”, “Musas de Olivari” y “Huasi”. Coordinó varios Ciclos de Poesía, así como la Revista Oral de Literatura “Recitador Argentino” y otros eventos públicos, solo o con otros escritores. Coordina talleres de escritura. Ha sido colaborador en más de seiscientos periódicos, revistas y colecciones de plaquetas, cuadernos, murales, etc., de la mayoría de los países de América y Europa, así como ha dado recitales en innumerables propuestas públicas. Su narrativa, piezas teatrales y poesía se socializa en revistas y boletines electrónicos, bibliotecas virtuales, sitios, blogs, etc. En soporte papel publicó desde 1988 dos volúmenes con cuentos y relatos: “Historietas del amor”, “Muestra en prosa”; uno con su dramaturgia: “Las piezas de un teatro”; quince poemarios: “Obras completas en verso hasta acá” (tres ediciones), “De mi mayor estigma (si mal no me equivoco):” (dos ediciones), “Trompifai”, “Fundido encadenado” (tres ediciones), “Tomavistas” (cuatro ediciones), “Picado contrapicado” (dos ediciones), “Leo y escribo” (tres ediciones), “Ripio” (tres ediciones), “Desecho e izquierdo”, “Propaga”, “Ardua” (cinco ediciones), “Pictórica” (tres ediciones), “Sopita” (seis ediciones), “Corona de calor”, “Del franelero popular” (dos ediciones), además de “El Revagliastés”, antología poética personal y “Revagliatti – Antología Poética”, con selección y prólogo de Eduardo Dalter.  Sus libros han sido editados electrónicamente y se hallan disponibles, por ejemplo, en http://www.revagliatti.com.ar. Cuatro poemarios suyos, inéditos en soporte papel, “Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo”, “Infamélica”“Viene junto con” y “Habría de abrir”, cuentan con dos ediciones-e de cada uno: en PDF y en Versión FLIP (Libro Flash). Es posible acceder a “Picado contrapicado” en html en http://rolandorevagliatti.blogspot.com, integrando la colección de Editorial Alebrijes. Sus 185 producciones propias en video, todas ellas debidamente diseñadas y editadas, se encuentran en http://www.youtube.com/rolandorevagliatti.

 

 

© Maria Estela Guedes
estela@triplov.com
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