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REVISTA TRIPLOV
de Artes, Religiões e Ciências
nova série | número 30 | agosto | 2012
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SALVATORE RITROVATO
De aquel verano
Traduzioni di
Emilio Coco |
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EDITOR |
TRIPLOV |
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ISSN 2182-147X |
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Contacto: revista@triplov.com |
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Dir. Maria Estela Guedes |
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De Aquel verano |
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Di quelle giornate |
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Di quelle giornate lunghe, cosa
affiora o si rivela
cosa può e vuole dire, di quelle
immense mobili distanze
un verso lento come questo nella
sua chiarezza
nella sua lingua che si rifiuta
adesso
(si rifiutava allora) di
chiederti una parola? |
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Amor va y viene |
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fuga de una ola y la aventura
de una hora, desgreña los
cabellos
los seca, desaparece en un hoyo.
Quizás, aún existe: es una
civilización sepultada.
Así yo también me encierro
en la falla de mi sombrilla
que se mueve en la arena come
una oscura
inflorescencia rompiendo la
visión.
Ella se acerca, consulta el
ambulante
cupido de color, y yo los oigo.
Vende viseras, coco, relojes sin
agujas para las horas.
Impugno el precio de esta
metamorfosis. |
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Amore fa la spola |
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Amore fa la spola fra
l’invariata
fuga di un’onda e l’avventura
di un’ora, scarduffa i capelli
li asciuga, s’invola in una buca.
Esiste ancora, forse: è una
civiltà sepolta.
Così mi chiudo anch’io
nella faglia del mio ombrellone
mossa sulla sabbia come una cupa
infiorescenza che spezza la
visione.
Lei si accosta a consultare
l’ambulante
cupìdo di colore, ed io li sento.
Vende visiere, cocco, gli
orologi senza
lancette per le ore.
Contesto il prezzo di questa
metamorfosi. |
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Más de melancolia que de miedo |
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Delirio del mañana, reticencia
de un acontecimiento saludable:
acabar con mi estado temporal
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Più di malinconia che di paura |
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Delirio del domani, reticenza
di un evento salutare:
ti sei accorta che non posso
sconfiggere il mio stato
temporale
dove è più effimero il
sentimento
del calore delle tue mani.
Perciò un giorno resterò per
sempre a letto
ma non sarò morto avrò cambiato
solo aspetto.
E io mi guarderò così, piangendo,
con gli occhi tuoi che guardo
ridere
naso a naso, e salutare,
e girare questa camera,
in silenzio. |
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No hagas caso |
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No hagas caso a esta córnea
transparente:
un ojo es miope por despecho,
no te ve pero te oye;
el otro, que acoge tímido
y curvo en la lente tus palabras
no se impacienta.
La oscuridad crece y envuelve
hasta el espero
que difundía detrás de ti
la sombra cálida e inestable de un
hurón.
Pronto vuelve la nube que me echó
bajo la cama
y la pared atormentada por un
enjambre
de insectos podrá desvanecerse,
El gato cae absorto en el sofá.
Sólo un ángel demente podrá
raptarte. |
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Non far caso |
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Non far caso a questa cornea
trasparente:
un occhio è miope per dispetto,
non ti vede ma ti sente;
l’altro, che raccoglie timido
e curvo nella lente le tue
parole
non si spazienta.
Il buio cresce e avvolge anche
lo specchio
che diffondeva alle tue spalle
l’ombra calda e instabile di un
furetto.
Presto torno nella nuvola che mi
ha cacciato sotto il letto
e il muro tormentato da un
nugolo
di insetti potrà svanire.
Il gatto casca assorto sul
divano.
Solo un angelo demente ti potrà
rapire. |
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Sobre una vieja fotografía |
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¿Quién de vosotros me mira en
esta cartolina?
¿Qué murmullo ha desaparecido de
la pantalla
muda de esta kodak?
Treinta años y una palabra para
tener
aquellas pupilas, filmar el modo
justo que ellas siguieron en una
circunstancia
su consentimiento fulminante
el instante de maravilla, no
basta.
Iré a vivir un día con vosotros
donde no fluye savia, no rezuma
espíritu de hogar y la piedad se
ofusca.
Y todo acabará, en un ostensorio
cincelado
esmeradamente o en un cáliz
levantado en el altar; terminare
el vaivén
entre vosotros y yo que me esperáis
allí abajo, en las escaleras,
después de una boda. |
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Su una vecchia fotografia |
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Chi mi fissa di voi in questa
lucida carta?
Che brusio è scomparso dallo
schermo
muto di questa kodak?
Trent’anni e una parola per
tenere
quelle pupille, filmarne il
verso
giusto che esse seguirono in un
frangente
il loro consenso fulmineo
l’attimo di meraviglia, non
basta.
Verrò ad abitare un giorno con
voi
dove non scorre linfa, non
trasuda
spirito di focolare e pietà
s’appanna.
Pure finirà tutto, in un
ostensorio cesellato
accuratamente, o in un calice
sollevato sull’altare; cesserà
l’andirivieni
fra me e voi che mi aspettate
laggiù, sulle scale, dopo un
matrimonio. |
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Elegía pequeña |
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Cada día es el primero y el
último
si atrás cesa de existir
espeso y sólido tu futuro.
Despego del álbum de fotos
fragmentos
algunos nítidos otros
desteñidos:
temes sonreír y desde hace tiempo
dejas
crujiendo como una sombra ligera
e impertinente este valle.
¿Dónde vas hoy? Da que hablar
la pareja que vive separada, a
cada cual
le importa su mitad de comodidad
privada, siempre en tregua,
¿y nosotros que sentimos el deseo
de estar juntos también en la
oscuridad?
Donde no cuenta nada quizás
ni este muro de gente
que desplaza tus pequeños pasos
y desaparece después de una calle,
come el árbol que pierde una
flor,
una flor que deja el árbol. |
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Elegia piccola |
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Ogni giorno è il primo e
l’ultimo
se dietro cessa di esistere
fitto e solido il tuo futuro.
Stacco dall’album delle foto
schegge
alcune limpide altre sbiadite:
temi di sorridere e da tempo
lasci
frusciando come un’ombra leggera
e impertinente questa valle.
Dove vai oggi? Fa notizia
la coppia che vive scissa,
ognuno
tiene alla sua metà di agio
privato, sempre in tregua,
e noi che abbiamo il desiderio
di stare insieme anche nel buio?
Dove non conta niente forse
neanche questo muro di gente
che sposta i tuoi piccoli passi
e scompare dopo una calle,
come l’albero che perde un fiore,
un fiore che lascia l’albero. |
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Esta extraña paz |
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De la boca de mi vecino sale una
corriente
cálida y fuerte, revela cosas
que no conosco.
Existe un sitio, y allá grandes
ciudades
maravillosas, sin luz ni agua,
donde las moscas viven mejor que
los perros
dice y estos mejor que los hombres:
montones de basura dominan los
edificios
los coches tropiezan en carcasas de
chapas
y osamentas, cada cual va donde
le da la gana.
Desde hace tiempo no existen
calles.
Tiene un músculo sencillo y
honesto:
se llama corazón, ama los
espaguetis
y el buen vino, la ociosidad y
el trabajo,
y alguna vez la televisión.
Pero sabes, cuando se vive con
los muertos descubres
que al menos un día al año
(pero no todos los años) te
acogen
y tienes que aprovechar, si no te
mueres
ese día, y nadie te espera, te
quedas solo.
Te conviene, si viene, no
perderlo.
Para mí
aquel día ha existido.
De la ventanilla bajada ahora un
viento se levanta
frío, voraz, y las palabras
arrancadas
de la cara, y las últimas de raíz.
Rompe mi silencio. Esta extraña
paz. |
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Questa strana pace |
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Dalla bocca del mio vicino esce
uno spiffero
caldo e forte rivela cose che
non conosco.
Esiste un posto, e là grandi
città
meravigliose, senza luce e acqua,
dove le mosche vivono meglio dei
cani
dice e questi meglio degli
uomini:
cataste d’immondizia sovrastano
i palazzi
le macchine inciampano in
carcasse di lamiere
e animali, ognuno va dove gli
pare.
Da tempo non esistono strade.
Ha un muscolo semplice e onesto:
si chiama cuore, ama gli
spaghetti
e il vino buono, l’ozio e il
lavoro,
e qualche volta la televisione.
Ma sai quando si vive con i
morti scopri
che almeno un giorno all’anno
(però non tutti gli anni) ti
accolgono
e devi approfittarne, sennò
muori
quel giorno, e nessuno ti
aspetta, resti solo.
Ti conviene, se viene, non
perderlo.
Per me quel giorno c’è stato.
Dal finestrino abbassato ora un
vento si alza
freddo, vorace, e le parole
strappa
dalla faccia, e le ultime alla
radice.
Squarcia il mio silenzio. Questa
strana pace. |
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Soledades |
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Va así. Que un día como tantos
vuelves a casa, del trabajo, y
las paredes,
el techo, cada habitación, las
viejas
cortinas, las chimeneas, la
sombra incierta
del ficus en el pasillo, la
ventana
por la que entra parte del mundo
o lo que sobra, la puerta
que lleva fuera y dentro
al entrar y al salir a cualquier
sitio,
es un montón de escombros.
Vas a la plaza, coges un atajo
en vez de la calle, camina
que
caminarás, es otra ciudad,
el mismo soplo de viento o
contra viento,
y de polvo, pero no la plaza.
También doblar entre la gente
con el paso habitual, innatural
recoger un perfume en la calle
desierta o en una calleja que
sube
hacia el viejo centro, las
paredes de la casa
de esta habitación, este nombre
libero,
es un montón de escombros.
Ahora huye, busca otro pueblo
más vasto. El camino no es
cómodo
pero largo y basta un pasaje
Cerrar los ojos, contener la
respiración
chisss… bajar contento
delante del reportero. Dice que
sí
el espejo oscuro como un pozo
que tienes en los ojos, habla
siempre de muertos: nadie ha
sacado
el billete. Tampoco tú.
Dicen todos que ha ido así. |
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Solitudini |
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Sí |
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El 11 setiembre vino cinco años
después.
Sentado en un sillón, frente al
televisor.
Sentado escuchando las palabras
de los últimos testigos que han
vuelto
a buscar al ángel que los ha
salvado.
Sentado solo, esperando. Sin
pruebas.
Hoy parece que no hay aviones
que caen sobre las casas.
La asistenta mira estupefacta
las dos torres que vuelven
cinco años después a brillar en el
cuadro
y caen de nuevo, no es un error
le explico, no es una película
americana,
no ha ocurrido hoy. No sabía
nada.
La tarde, el día que había
cambiado el mundo
me derrumbo en el sillón sin
aliento.
tarde acaso, pero lo he
entendido sólo
cinco años después.
Fue una tremenda cuestión
occidental
el día más difícil para todos:
convencerse de que algo
cambiaría
después. Tenerle miedo, por
ejemplo,
al mundo, cada día.
Y contarlo en televisión.
Creer en los controles capilares,
en la paz, en las salas de espera.
En un dios escondido y lejano.
Esperar el estruendo.
Un mes después de aquel 11 de
setiembre yo decía que sí.
Casarse en febrero. Un mes ideal
frío y corto.
Pasaría
desapercibido en Venecia sin
carnaval.
Sí. Tener una familia acogedora.
Niños, hipoteca, cuenta única.
El seguro sobre la vida. Una
libera
prisa cada mañana, la voz ronca.
Y luego los sermones de los
pedagogos
y de los pediatras, la receta de
los dentistas.
Y un día tendré una urna más ligera.
Ahora es fácil acabar en cenizas y
escombros.
Tiemblo a la idea de bajar
escaleras
y escaleras antes de disolverme ese
día
come aquel 11 setiembre, en el
trabajo o en las vacaciones.
Quedar en la grieta de un edificio
de vidrio y cartón piedra que se
desmorona,
quemado, pulverizado.
Como un hueco de aire, ávida
herrumbre.
Frente a una mínima ciudad
que busca otro muro más alto
protegido, y espolea, y vuela
donde los aviones no pueden
caer.
No deben. Pero no es fácil. |
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Sì |
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L’11 settembre venne cinque anni
dopo.
Seduto in poltrona, davanti al
televisore.
Seduto ad ascoltare le parole
degli ultimi testimoni tornati
a cercare l’angelo che li ha
salvati.
Seduto solo, a sperare. Senza
prove.
Oggi, pare, non ci sono aerei
che cadono sulle case.
La colf guarda stupita le due
torri che tornano
cinque anni dopo a brillare nel
quadro
e ricadono, non è un errore
le spiego, non è un film
americano,
non è successo oggi. Non ne
sapeva niente.
La sera il giorno che aveva
cambiato il mondo
crollo sulla poltrona senza
fiato.
Tardi forse, ma l’ho capito
solamente
cinque anni dopo.
Fu una tremenda questione
occidentale
il giorno più difficile per
tutti:
convincersi che qualcosa sarebbe
cambiato
dopo.
Avere paura, per esempio,
del mondo, ogni giorno.
E spifferarlo in televisione.
Credere nei controlli capillari,
nella pace, nelle sale
d’aspetto.
In un dio nascosto e lontano.
Aspettare il boato.
Io un mese dopo quell’11
settembre dicevo sì.
Sposarsi a febbraio. Un mese
ideale
freddo e breve. Resterebbe
inosservato a Venezia senza
carnevale.
Sì.
Avere una famiglia ospitale.
Bambini, mutuo, conto unico.
L’assicurazione sulla vita. Una
leggera
fretta ogni mattina, la voce
rauca.
E poi le prediche dei
pedagogisti
e dei pediatri, la ricetta dei
dentisti.
E un giorno avrò un’urna più
leggera.
Ormai è facile finire in cenere
e macerie.
Tremo all’idea di scendere scale
e scale prima di dissolvermi
quel giorno
come quell’11 settembre, al
lavoro o in ferie.
Restare nell’intercapedine di un
palazzo
di vetro e cartongesso che si
sbriciola
bruciato, vaporizzato.
Come un vano d’aria, avida
ruggine.
Davanti a uno straccio di città
che cerca un altro muro più alto
protetto, e sprona, e vola
dove gli aerei non possono
cadere.
Non devono. Ma non è facile.
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I primi quattro
testi – Di quelle giornate, Amore fa la spola, Più di malinconia che di
paura e Non far caso – sono state pubblicate nella raccolta Via della
Pesa (Book Editore, 2003). Le altre sono uscite sulla rivista “Atelier”.
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Jornal
InComunidade (Porto) |
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Salvatore Ritrovato
(Itália, 1967) ha pubblicato le raccolte di versi Quanta vita (Book,
Ferrara 1997), Via della pesa (Book, Ferrara 2003), Come chi non torna (Raffaelli,
Rimini 2008); alcune plaquettes di traduzioni e imitazioni, Asclepiade
(Levante, Bari 2000), Prévert (Cartotecnica, Venezia 2002); e il
libretto in e-book Dedo, presso i «Quaderni di RebStein XIV, Dicembre
2009, sulla vita di Amedeo Modigliani, messo in musica da Delilah Gutman
(Fiera dell’arte contemporanea, Forlì, 23-26 novembre 2007). Ha curato
l’antologia tematica di poesia contemporanea Dentro il paesaggio. Poeti
e natura (Archinto, Milano 2006) e raccolto saggi e interventi sulla
poesia contemporanea in La differenza della poesia (Puntoacapo, Novi
Ligure 2009), e Piccole patrie. Il Gargano e altri Sud letterari (Stilo,
Bari, 2011). Collabora e scrive di letteratura e cultura contemporanea
su giornali e riviste («Atelier», «Clandestino», «incroci», «Poesia», «Semicerchio»,
«Ali», «Alias», «Corriere del Sud», «l’Attacco» ecc.). Insegna
Letteratura Italiana all’Università di Urbino, dove vive. |
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© Maria Estela Guedes
estela@triplov.com
PORTUGAL |
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