Ellos no saben que entro en el
sueño a horadar
a mascar el destino adverso
milagro que crece con las
horas
muecas de dolor que inventan
el paso de los dias
Soy de esas personas que
envenenan las tardes
para poseerlas y pisarlas
para tirarlas pegajosas
a los antros mas burdos de la
noche.
Ellos no saben casi nada de
nosotros
los que gemimos al sol
los que despotricamos a las
sombras
los héroes abyectos que no
pierden el don de la palabra
aún ahora sobrevivimos
fascinados.
Nuestros gestos se confunden
con el rumor más delicado
nuestra sonrisa es un suave
iluminar que arrebata
los recodos del silencio.
Pero ha venido el tiempo de la
niebla
viajamos por la noche
escarbando la ruta invisible
la zarpa nos guia en el camino
no queremos seguir
pero somos conducidos
nos quieren arrastrar a la
pocilga
seres disconformes nos
persiguen.
Pero no olvidéis mis
congéneres
que nuestra fuerza subyace en
lo más hondo
y prevenidos y fuertes
combatiremos el mal
tenemos el poder seductor que
les conmueve.
Binissalem-1994
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